El día 28 de diciembre es conocido por el día de los Santos Inocentes. Aunque su origen se debe a la masacre bíblica de los niños
perpetrada por el rey Herodes que mandó a matar a todos los niños menores de
dos años nacidos en Belén, con el fin de deshacerse de Jesús de Nazaret, hoy en día, se destaca por la costumbre de
realizar bromas de toda índole.
¿Por qué una vez que se hace la broma, a nuestra víctima no
le deleitamos con un regalo divertido por aguantar este hecho?
Vamos a ofrecer algunos regalos muy divertidos que podremos
dar este día ya que ningunos son lo que parecen.
Bonita Rosa. Parece una flor natural, pero ¿qué es
realmente?. Son láminas de jabón para las manos.
El pintalabios. Simula un pintalabios de verdad, pero inocente,
inocente… es otro bolígrafo que se camufla en esta forma tan original.
¿Queréis que vuestro inocente no se quede con un sabor amargo? Una vez finalizada vuestra inocentada, le podéis regalar un puro de chocolate, por su parecido al puro de verdad, creerán que se trata de uno para fumar, luego se darán cuenta que es un delicioso chocolate.
Toallas pasteles. El aspecto del regalo es el de un dulce
que viene presentado en su envoltorio protector, pero en realidad se trata de
una toalla de tocador doblada y presentada para simular los pasteles…
Por último. En vez de un regalo de broma, le podéis entregar
estos llaveros muy similares al muñeco Inocente. Una vez hecha la inocentada, en vez de pegar a la espalda el papel con la forma del muñeco, le entregamos el llaverito por aguantar nuestras bromas.
¿Os quedáis sorprendidos, verdad? ¿No os resulta simpático
que una vez dada la broma, para calmar los ánimos y acabar muy bien le entreguéis un pequeño detalle
gracioso siguiendo la trama del día de los inocentes?
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